Vistas de página en total

lunes, 10 de enero de 2011

Fecho pa nun durar. La obsolescencia programao. What's that?

Mángovos el corte d'esti vidiu entituláu HISTORY OF STUFF,  de ANNIE LEONARD que fala de l'afalamientu del consumu por aciu la llimitación, arrementes, de la duración de les coses, ello ye, la obslescencia programao.. Darréu d'él, mángovos el textu QUE FALA LA MOZA,  n'español y nel orixinal'inglés, pa los que-yos interese enterase bien del asuntu. Y ye que tamos nes manes del fin del mundu honráu.

LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA.
La obsolescencia programada es una forma de decir: “diseñado para tirarse a la basura”.
Significa que, de hecho, se fabrican cosas que diseñadas para volverse inútiles lo más pronto posible, para que las desechemos y compremos cosas nuevas. Es obvio, si pensamos en cosas como bolsas de plástico o vasos de café, pero ahora también ocurre con cosas grandes: fregonas, DVDs, cámaras y hasta las parrillas.
¡Todo! Hasta las computadoras.
¿Notaron que cuando compramos una computadora hoy, la tecnología avanza tan rápido que en un par de años se vuelve un impedimento para la comunicación? Yo sentía curiosidad por esto, así que abrí un ordenador para ver qué había adentro. Y me encontré con que la pieza que cambia cada año es sólo una piececita en una esquina.
Pero no puedes, simplemente cambiar esa pieza, porque cada nueva versión tiene una forma distinta, así que tienes que desechar todo el aparato y comprar uno nuevo.
Estuve leyendo revistas de diseño industrial de los años 1950s, cuando la idea de la obsolescencia programada estaba cobrando fuerza. Los diseñadores hablaban abiertamente del tema. De hecho, discutían qué tan rápido podían lograr que las cosas se rompieran pero, al mismo tiempo, que los consumidores siguieran teniendo fe en los productos para seguir comprándolos. Este engaño era algo completamente deliberado y buscado de forma consciente.
Pero las cosas no se rompen lo suficientemente rápido como para mantener esta flecha, la del consumo, tan activa. Para eso, se diseñó la “obsolescencia percibida”.
La obsolescencia percibida sirve para convencernos de desechar objetos que todavía son perfectamente útiles. ¿Cómo lo hacen? Simplemente cambiando la apariencia de las cosas, de modo que si compraste tus cosas hace un par de años, cualquiera se da cuenta de que no has aportado, no contribuyes a esta flecha mística del consumo, y como la manera en que demostramos que valemos es contribuyendo a esta flecha, puede resultar vergonzoso.
Yo he tenido el mismo monitor blanco y gordo en mi escritorio durante más de cinco años.
Mi compañera de trabajo acaba de comprar un ordenador nuevo. Tiene un monitor de pantalla plana reluciente. Hace juego con su computadora, con su teléfono móvil y hasta con su lapicero. Pareciera que maneja una nave espacial, y pareciera que yo tengo una lavadora de ropa sobre el escritorio.
La moda es otro buen ejemplo. ¿Alguna vez se han preguntado por qué los tacones de los zapatos de mujer pasan de ser delgados a gruesos de un año a otro? No es porque haya un debate sobre qué tipo de tacón es más sano para los pies de las mujeres. Es porque si usas tacón grueso en un año en que están de moda los tacones delgados, eso muestra a todos que tú no has contribuido a la flecha ese año y que, por tanto, vales menos que la persona que, junto a ti, trae zapatos con tacones delgados, o que la persona que aparece en los anuncios comerciales. Es para que sigas comprando zapatos. La publicidad, y los medios de comunicación en general, desempeñan un papel importante en esto. Cada habitante de Estados Unidos es bombardeado con más de 3 000 anuncios por día.
Nosotros vemos más comerciales en un año que los que las personas hace 50 años veían en toda su vida. Y si nos ponemos a pensar, ¿para qué sirven los comerciales si no es para hacernos sentir infelices con lo que tenemos?
Así que 3 000 veces al día nos dicen que nuestro cabello está mal, nuestra ropa está mal, nuestra piel está mal, nuestros muebles están mal, nuestro auto está mal, que nosotros estamos mal pero que todo puede estar bien si sólo salimos a comprar. Los medios de comunicación también ayudan ocultando todo esto y todo esto, así que la única parte que vemos de la economía de los materiales son las compras. La extracción, la producción y el desecho ocurren fuera de nuestro campo visual.

PLANNED OBSOLESCENCE.
 Planned obsolescence is another word for “designed for the dump.”  It means they actually make stuff to be useless as quickly as possible so we will chuck it and buy a new one. It’s obvious with things like plastic bags and coffee cups, but now it’s even big stuff: mops, DVDs, cameras, barbeques even, everything! Even computers.
Have you noticed that when you buy a computer now, the technology is changing so fast that in just a couple years, it’s actually an impediment to communication?
I was curious about this so I opened up a big desktop computer to see what was inside. And I found out that the piece that changes each year is just a tiny little piece in the corner. But you can’t just change that one piece, because each new version is a different shape, so you gotta chuck the whole thing and buy a new one.  So, I was reading industrial design journals from the 1950s when planned obsolescence was really catching on.
These designers are so open about it. They actually discuss how fast can they make stuff break that still leaves the consumer having enough faith in the product to go out and buy anther one. It was so intentional. But stuff cannot break fast enough to keep this arrow afloat, so there’s also “perceived obsolescence.”
Now perceived obsolescence convinces us to throw away stuff that is still perfectly useful. How do they do that? Well, they change the way the stuff looks so if you bought your stuff a couple years ago, everyone can tell that you haven’t contributed to this arrow recently and since the way we demonstrate our value is contributing to this arrow, it can be embarrassing Like I’ve have had the same fat white computer monitor on my desk for 5 years. My co-worker just got a new computer. She has a flat, shiny, sleek monitor. It matches her computer, it matches her phone, even her pen stand. She looks like she is driving in space ship central and I, I look like I have a washing machine on my desk. Fashion is another prime example of this.
Have you ever wondered why women’s shoe heels go from fat one year to skinny the next to fat to skinny? It is not because there is some debate about which heel structure is the most healthy for women’s feet. It’s because wearing fat heels in a skinny heel year shows everybody that you haven’t contributed to that arrow recently so you’re not as valuable as that person in skinny heels next to you, or, more likely, in some ad. It’s to keep buying new shoes. Advertisements, and media in general, play a big role in this.
Each of us in the U.S. is targeted with over 3,000 advertisements a day. We each see more advertisements in one year than people 50 years ago saw in a lifetime. And if you think about it, what is the point of an ad except to make us unhappy with what we have?
So, 3,000 times a day, we’re told that our hair is wrong, our skin is wrong, our clothes are wrong, our furniture is wrong, our cars are wrong, we are wrong but that it can all be made right if we just go shopping.
Media also helps by hiding all of this and all of this,
so the only part of the materials economy we see is the shopping. The extraction, production and disposal all happen outside our field of vision.

No hay comentarios:

Publicar un comentario